El abuso de sandalias y chanclas puede provocar lesiones
El uso continuado de sandalias y chanclas en verano puede provocar la aparición de lesiones inflamatorias, como la fascitis plantar o los esguinces, además de generar ampollas, rozaduras, hongos y durezas, según advierte Miguel Ángel Parra, especialista de la Unidad del Podología de Hospital Quirónsalud Valencia.
El calor, caminar sobre superficies húmedas como la piscina o la playa y el cambio repentino de calzado ocasionan que nuestros pies sean más propensos a padecer algunos daños. Como explica el especialista, "estas circunstancias hacen que nuestro pie sufra, sobre todo, a nivel dermatológico, ya que el roce continuo con las tiras de la chancla, por ejemplo, puede dar lugar a ampollas o rozaduras". También existen molestias en la fascia plantar, debido a que, al ser un zapato plano, este músculo se encuentra muy estirado. Esta patología cursa con dolor en la planta del pie, sobre todo en la zona del talón, y puede irradiar por el arco plantar hacia el metatarso. El malestar es más intenso por la mañana y cede un poco con la actividad, para reaparecer tras estar un rato sentados o en reposo.
Las chanclas no son un tipo de zapatillas que debamos usar para practicar deporte. "No aportan sujeción ni amortiguación ni dan al pie el soporte necesario para una actividad tan exigente como el ejercicio. Cada deporte requiere un calzado determinado, dependiendo de las características propias de la modalidad", advierte.
No hay un tiempo máximo estipulado para el uso de este tipo de calzado. El especialista aconseja utilizar las chanclas y sandalias en su justa medida y, si es factible, combinar su utilización con otro tipo de zapatillas de material transpirable, con una altura de 2 ó 3 cm de tacón, sujeto al talón y que proteja bien el pie de cualquier amenaza externa.
Cuida tus pies en verano
Los especialistas de Quirónsalud ofrecen las siguientes recomendaciones para cuidar de los pies durante la época estival y evitar problemas:
- Hidratarlos. Usar cremas hidratantes al menos una vez al día para mantenerlos en condiciones óptimas de humedad.
- Utilizar chanclas en lugares públicos con superficies húmedas. Es importante que nuestro pie no contacte directamente con el suelo de duchas, piscinas, etc. para evitar la infección por hongos.
- Secar los pies después de cada chapuzón en la piscina o tras la ducha, sobre todo en los espacios interdigitales. Con la humedad la piel se vuelve más débil y puede ser un perfecto hábitat para infecciones fúngicas.
- Mantener las uñas cortadas de forma adecuada. El calor provoca que los pies se hinchen y, a veces, las uñas se clavan en los laterales y causan un dolor agudo.
- Usar protección solar. Los pies son los grandes olvidados al aplicarnos crema de protección solar; también forman parte de tu cuerpo y están expuestos a las quemaduras.
Fuente: http://ow.ly/ExMV300Sv6Q
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